El edificio se ubica en una parcela incluida en el ámbito de renovación de las áreas industriales del Poblenou, dentro del distrito tecnológico 22@, concretamente en la manzana del Passatge Ratés. Este pasaje, que conecta las calles Tànger y Sancho de Ávila, es uno de los viales históricos perpendiculares al Carrer Pere IV que se ha conservado a pesar de la ordenación ortogonal del Ensanche. El nuevo planeamiento lo transforma en una vía cívica, complementada con una zona de espacio público en el centro de la manzana.

Siguiendo esta lógica, la volumetría del proyecto se adapta al espacio público interior de la manzana. El edificio se alinea con las calles Sancho de Ávila y Àlaba, mientras que en el chaflán se retira para generar un porche que marca la entrada principal. Las fachadas restantes responden a la configuración del espacio público interior.

La envolvente del edificio se resuelve con un sistema de muro cortina basado en módulos de celda independientes, cada uno compuesto por una parte opaca y otra transparente, dispuestos de manera continua en toda la fachada. Además, el edificio cuenta con la calificación energética A y el sello de calidad medioambiental LEED Platinum.